Básicamente su forma no sufrió muchas modificaciones a lo largo del tiempo, siendo ovalado y forma semicilindrica hasta que se sustituyó por otro rectangular y támbien semicilindrico, en tiempos de Julio César.
El escudo estaba realizado con tiras de madera encoladas
(como un contrachapado de tres capas dispuesta 90º una capa respecto
a la otra), recubiertas de cuero o fieltro, y con unos refuerzos de metal
en los bordes, y otro central para proteger la mano. Con forma rectangular
y curva, pesaba entre 6 y 10 kilos, y media aproximadamente 1-1,2 m de longitud, por 76-80 cm de anchura.
Este se agarraba por una simple agarradera horizontal en el centro del
escudo.